No se cómo empezar, la verdad hace ya tanto tiempo que no escribo nada por aquí, que se me ha olvidado casi como tenía que ladrar al Pater para que me hiciera estos trabajillos.
La vida me va muy bien, gracias a Dios, crecí un poco más , desde la última foto que puse en el blog, pero tampoco tanto. Me mantengo en mi talla esbelta pesando unos compactos 33 kilos y con el paso del tiempo he ganado claramente en tres cosas: Belleza (algo innegable), bondad y borriquez.
No me han salido más candidatas a madre de mis hijos, pero ahora, al haberme hecho mayor sufro de enamoramientos peligrosos que me dejan el apetito por los suelos y la actividad sexual por las nubes.
He seguido practicando fielmente mi ritual de sometimiento con la cuna todas y cada una de las noches y como no, los paters se han visto obligados a cambiar de cuna debido a mi ímpetu.
Estas navidades viaje a Madrid con los padres y vimos a los abuelos Antonio y Susi y aunque a la Susi ya me la tenia ganada, me hice muy amigo del abuelo Antonio. (Bueno tampoco hay que pasarse digamos que le asombro mi cachaza y mi bondad)
En la foto de arriba el abuelo José Mari me está ofreciendo un poco de Disaronno ( tranquilícense algunos que los estoy viendo pensar mal y han de saber que al final no lo caté; estaba el plasta del pater por ahi pendiente...) en la última comida que hemos disfrutado juntos hasta el momento.
Podeis ver como ya me sientan con los mayores a la mesa, aunque creo que a la abuela Concha no le hace ni pizca de gracia, pero que me quiten lo bailao.
En esta otra foto esta el abuelo Jose Mari, daándome caricias para superar los traumas causados por el pater que no me deja probar nuevas sensaciones.
Como podeis comprobar todo marcha bien en casa de los Arbelo Gómez, lo que me permite desarrollarme correctamente como perro adulto y mantener una gran estabilidad emocional.
Otro día les cuento las peripecias del Pater por dejar de fumar o las de la Madre con los cursillos de Golf.
Como dice el Pater: Se me cuiden por favor.
